La tuna es una comunidad de personas muy conocida en España pero que desconocemos más allá de los típicos estereotipos. Me parece muy oportuna la elección porque su germen y sentido se encuentra en el ámbito universitario, justo nuestro entorno, además parece un grupo cerrado, con costumbres propias, ideal para aplicarle el método etnográfico de estudio antropológico.
He de confesar que tengo varios amigos tunos. Amigos ya entrados en años, que dejaron atrás la universidad años ha y aún siguen, como ellos lo denominan, seducidos por el arte del buen tunar.
Roberto Martínez define la tuna como «el resultado de un proceso evolutivo en la forma de vida y en las costumbres de los estudiantes. Su origen se encuentra en la hambruna que durante siglos padeció este colectivo y en el ingenio empleado para paliarla» (Martínez et al., 2004, p. 12).
Se desconoce el origen exacto del vocablo tuno, García Freile lo sitúa en el antiguo movimiento goliárdico europeo, en el s. XII que también llega a España (García Freile, 2008, p. 2), como «fruto de una extraña mezcolanza que englobaba figuras tan dispares como goliardos, juglares, trovadores y sopistas» (Belmonte Trujillo, 2022, p. 1).
Tantos siglos de historia han dado para mucho. Actualmente la tuna es una institución, vista desde el exterior, aparentemente misógina, aunque Martín Sárraga (2016, p. 21) sitúa a las chicas de la Estudiantina Superior de Maestras de La Laguna (Tenerife) como la primera tuna femenina, formada en 1921 y activa hasta 1929. Numerosos autores también han documentado la existencia de tunas mixtas, especialmente en Latinoamérica (Martín Sárraga, 2016, p. 18).
Pero, ¿cómo una institución así ha pervivido por tanto tiempo? ¿qué mueve a un estudiante a convertirse en tuno? ¿cuáles son las relaciones internas que mantienen al grupo unido? ¿qué siente un tuno? ¿cuál es la importancia de la música en su vida? ¿qué pasa cuando se viste o cuando se saca su traje?
Me parece una fantástica prueba para el método etnográfico y un buen aporte a la antropología. Además, estos amigos me han pedido ayuda para mejorar su imagen en redes sociales, web… lo que en nuestro argot conocemos como imagen corporativa. Quid pro quo.